Todos los organizadores de eventos profesionales son conscientes de la importancia que posee la comunicación para la promoción del encuentro. Con ella no sólo se busca dar a conocer la actividad que se está programando, sino también reforzar la imagen de marca de la empresa, aumentar su credibilidad y mejorar su reputación. Sin embargo, esto no sólo se consigue simplemente enviando una nota de empresa, sino que requiere del planteamiento de una estrategia bien definida y del uso de diferentes canales, a través de los que hacerla efectiva.
Antes de seleccionar las vías que se van a utilizar, es necesario tener muy claro que existen dos formas de comunicación: interna y externa. La primera de ellas está dirigida a todos los actores que están implicados directamente en el evento (miembros de la compañía u organización, ponentes, proveedores, etc), mientras que la segunda hace referencia a aquellos agentes que pueden sentirse interesados de forma indirecta (prensa, bloggers relacionados con la materia, influencers, profesionales del sector y público objetivo en general). Como se ve, cada una de ellas está dirigida hacia un público diferente, sin embargo, ambas son igual de importantes y se le debe prestar la misma atención.