En más de una ocasión ya hemos señalado los beneficios que aportan a las organizaciones los viajes de incentivo ya que, entre otras cosas, motiva a los trabajadores agradeciéndoles su desempeño profesional. Para cumplir los objetivos propuestos, los organizadores de este tipo de encuentros pasan meses buscando un buen destino y alojamiento, así como servicios tecnológicos que les ayuden a ofrecer una experiencia de calidad y lo más satisfactoria posible, a la par que se aprovecha para afianzar los nuevos objetivos estratégicos de la compañía. Una de las acciones más exitosas para alcanzar este propósito son las técnicas de gamificación.
Con ella, además de causar el efecto sorpresa, generamos en los trabajadores un deseo de competición y de satisfacción ante el logro, con la que también se crean lazos más fuertes entre los equipos, ya que todos luchan hacia un mismo objetivo. Aunque esto es algo que realizan en su día a día, aquí adquiere un carácter lúdico que despertará en ellos su lado más creativo y dejará al descubierto sus destrezas y habilidades. Se trata de aprender jugando.